“Relaciones desechables”
- Pbro. Saúl Bak Poot
- 15 oct 2018
- 3 Min. de lectura
15/10/2018
Romanos 12:1-21
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Romanos 12:18
En el 2011 el psicólogo y escritor argentino Bernardo Stamateas, acuño la frase “Gente tóxica” en la primera edición de su libro. Dicho libro se popularizo en España a finales del 2012 y, a partir de ahí, todo es tóxico.
Este pensamiento ha llegado para quedarse en la cultura y establecer la agenda de nuestras relaciones humanas. Hoy lo gurus de las relaciones humanas nos hablan más de una cultura de lo desechable con base a esta idea de “Gente tóxica”.
“Si tus padres, hermanos, tíos, esposo, esposa, hijos, etc. Son tóxicos, aléjate de ellos, renuncia, deséchalos, por más que duela, es mejor abortarlos a que ellos te consuman toda tu energía emocional, bloquea a esas personas vampiro, esas personas que llegan para chuparte y consumirte emocional y físicamente”.
Estos consejos puedes leerlos en diferentes columnas y blogs actualmente, pero, ante esta nueva cultura de lo desechable que ha llegado, ¿qué nos aconseja la palabra de nuestro Dios, a nosotros que la tenemos y apreciamos como la regla de fe y conducta? ¿Qué dice acerca de las relaciones difíciles, tanto con nuestros padres, hermanos y líderes? ¿Propone la palabra de nuestro Dios, desechar o restaurar? ¿Aconseja Dios, huir de las personas difíciles de tratar, o desarrollar los frutos del Espíritu Santo ante tales momentos?
En la biblia existieron muchas relaciones difíciles, esta por ejemplo la de José y sus hermanos en el libro de Génesis 37 del AT, esta la relación de los fariseos hacia Jesús en el NT. Relaciones humanas bajo dificultad siempre hubo y siempre habrá, sin embargo no podremos andar por la vida desechando a las personas, ya que son personas que tarde o temprano maduran y cambiaran, por otro lado, necesitamos observarnos y criticar nuestra propia conducta, emoción y reacción, ya que en una relación humana en conflicto ambos participan y son responsables de la salud o enferma relación.
Si reflexionamos la persona del rey Saúl en relación humana con David, bajo la premisa de “Gente tóxica”, encontraremos el perfil de Saúl, en el bajo perfil de lo que caracteriza a una persona altamente toxica, según la psicología popular de hoy.
Ya que al observar la relación que se desarrolló entre Saúl y David, fue enferma y muy difícil.
1 Samuel 18:6-11.
Al encuadrar a Saúl bajo las propuesta del psicólogo Bernardo Stamateas, de “Gente tóxica”. Observamos que Saúl, es celoso, envidioso, enojón, descalifica o menosprecia el logro de su siervo David. Manipula, es orgulloso, se queja y es autoritario.
Es evidente que este concepto de la psicología popular de “Gente tóxica”, es un concepto que nos propone la ruta de escape, de la renuncia de lo desechable. Por lo contrario el consejo de Dios es basado en el esfuerzo, por construir puentes de amistad, de perdón y reconciliación, con base a la teología de la Redención y de los dones del Espíritu Santo. El pastor y líder Pedro aconseja lo siguiente:
Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 1 Pedro 2:17-18
Lo antes enunciado, es con base a una cultura de relaciones humanas difíciles, sin embargo, los cristianos estamos llamados a manifestar un definido carácter de amor, respeto, pacificación y redención de las relaciones humanas, todo esto con base a la gracia que de Dios nos asiste y no da firmeza de carácter.
¿Está usted ante personas conflictivas y muy difíciles de tratar como la relación de David con Saúl? ¿Qué consejos están dirigiendo tus sentimientos, reacciones y decisiones hacia estas personas?
Nunca olvide que si es posible, en lo que dependa de usted, estad en paz con todos los hombres. Romanos 12:1-21
Oración: Padre amado, ayúdanos a vivir más en los consejos que tú nos das para construir relaciones saludables entre los hombres, no dejes que nos amoldemos a las propuestas de la ley del desecho de las relaciones humanas entre padres, hijos, amigos y demás. Guía nuestras emociones y decisiones, en Jesús. Amen

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