"El amor, ingrediente de la integra adoración"
- Pbro. Saúl Bak Poot
- 6 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Base bíblica: Malaquías 1:1-14
<<El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?>> Malaquías 1:6
“Cuando tu amor a Dios se enfría, la adoración y correspondencia en obediencia a él, se enferma” Pbro. S@úl Bak
Malaquías, el mensajero de Dios preocupado por el que y el modo del ofrecimiento de este pueblo, señala con puntualidad la corrupción y degradación en que había caído este pueblo en su relación y ofrecimiento hacia Dios. Como es de notar en el primer capítulo de esta magistral profecía que inmediatamente nos salta a la vista, es el relajamiento y corrupción espiritual y moral de este pueblo en relación directa para con Dios. Ya que habían perdido toda la vergüenza, temor y amor a Dios, tal parece que no volvieron a Dios sinceramente ante las reformas iniciadas y promovidas por Nehemías y Esdras. Así que, se mantuvieron en la negligencia y rebeldía, y esto lo mostraron con su enfermo modo de acudir y ofrecer a Dios. Ofrecían lo que sea y como sea, les dejó de importar si complacía a quien se lo ofrecían, lo que les importaba era cumplir por cumplir fría y egoístamente nada más. No les importaba el modo y la forma externa e interna que Dios pedía que se le ofrezca la ofrenda, cayeron el si quieres, sino a mí ni me interesa. En consecuencia siguieron el camino y práctica de Caín, primer oferente rechazado por su perversa forma de ofrecer. Génesis 4:3-7.
Malaquías, preocupado por la ofensa que este pueblo estaba cometiendo contra Dios, con su enfermiza forma de proceder al ofrecerle ofrendas. Escribe y pronuncia esta profecía contra Israel, buscando crear conciencia para el cambio, ya que como podemos ver, este pueblo había desarrollado el enfermo hábito de acercarse a ofrecer a Dios a modo propio, y no como Dios esperaba, en pocas palabras habían olvidado y pasado por alto los ingredientes que determinan la adoración que a Dios complace. Observemos:
I. En primer lugar el profeta Malaquías nos permite observar, el conflicto amoroso que este pueblo había provocado en relación con su Dios. VV. 1, 2, 3
II. En segundo lugar nos permite ver la amenazadora posición de juicio de Dios, contra este pueblo indiferente y arrogante. En su preocupación por este problema, con veintitrés preguntas retoricas confronta esta negligencia y frialdad de este pueblo cínico, que se había atrevido ofrecer lo que quería a Dios. VV. 4-8
III. En tercer lugar observamos que Malaquías persuade a este pueblo, que se arrepientan de esta ofensa que han cometido; al ofrecer sin amor, sin temor a Dios, y acudan a su misericordia. VV 9-14
Sin lugar a dudas cuando se enfría nuestro amor a Dios, nuestro modo de acercarnos a él para ofrecerle y obedecer, se enferma. Cuando dejamos de amar a Dios, necesariamente comenzamos a amarnos a nosotros mismos, en consecuencia buscamos nuestro propio placer, venir a adorarle se convierte en un fastidio, el servirle se convierte en un simple compromiso religioso, el obedecer en todas las áreas de la vida lo quitamos en el primer orden de prioridades en el que estaba cuando a Dios amábamos y entronizamos nuestros intereses.
Si nuestro amor a Dios se enfría, todo lo que hacemos para él, se convierte en un mero supuesto religioso y pierde sentido, se vuelve vacío. Por tanto el primer y básico ingrediente para una integra adoración, es el amor sacrificial. Deuteronomio 6:4-5, 1 Corintios 13:1-13, San Juan 14: 15, 21- 23, Apocalipsis 2:4.
“Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito” Facundo Cabral
En conclusión, claro está que el ingrediente básico y elemental para una integra adoración, es el amor sacrificial (S. Jn 20: 15-18), este amor nos mantendrá comprometidos y celosos buscando complacer a nuestro amado Dios en todo momento de nuestra vida, con nuestros pensamientos y quehaceres, dentro su iglesia y en nuestra comunidad. Ya que somos ofrenda viva y total, para él. Romanos 12:1-2.
Así que, aprendamos a apreciar el amor que Dios nos tiene y nos ha dado su misericordia, ya que con ello tenemos la oportunidad de amar, obedecer y saber darnos en perfecto temor en ofrenda integra a él.
Oración: Padre, perdona nuestro desamor, ya que esto nos ha llevado a ofrecerte egoístamente, buscando primeramente nuestro placer y no el tuyo bendito Dios. Míranos con misericordia y ayúdanos a rectificar nuestra forma de acercarnos a ofrecerte y, a vivir nuestra fe como la ofrenda grata que tú quieres. En Jesús, amen.

© Pbro. Reyes S@úl Bak Poot. Email: ministrosaul@hotmail.com
Cel. 9871184358
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